El FMLN y Nayib Bukele le dan al pueblo pan y circo
Por: Yolanda Aguilar
Durante estos días se ha hablado mucho sobre la expulsión de Nayib Bukele de las filas del FMLN, este tema ha sido de los más importantes en la agenda de los medios, ya que el hecho de ser despedido de las filas del partido impide al actual alcalde capitalino buscar la reelección en las elecciones del próximo año.
Esta pelea entre el partido y Bukele es algo que viene desde hace ya un tiempo, al parecer dentro de la cúpula del partido no están muy de acuerdo en cómo él actúa con respecto a ciertos temas y de igual manera Nayib no comparte la forma de pensar y de actuar de muchos dentro del FMLN.
El desgaste de la relación entre ambos era algo que ya se veía venir, según un tuit del alcalde capitalino donde asegura que ARENA ya había anunciado hace un año que lo iban a inhabilitar para poder correr como alcalde capitalino. Los dirigentes izquierdistas aseguran que tiene más de 25 faltas que cumplen con sus lineamientos y su carta de principios, lo que los llevó a tomar la decisión de expulsar a Bukele de las filas del partido.
Tras una audiencia que duró aproximadamente unas 18 horas, donde fue declarado culpable de haber cometido cuatro faltas graves,la decisión fue unánime y la expulsión de Nayib se hizo real; tras el hecho y a pocas horas de haber ocurrido, él decidió actualizar su perfil en Wikipedia y posteó una imagen donde aparecía como un candidato independiente.
Toda esta novela se ha tornado en una búsqueda de ver quién tiene la razón y ambas partes han argumentado sus posturas, para demostrar que tienen la razón. Dice una frase que al pueblo hay que darle pan y circo. Lo que quiere decir que todo esto ha sido un show político, que a las personas hasta cierto punto les gusta ver.
El show que ha montado la izquierda y Nayib no ha sido más que una excusa para poder hacer pública una candidatura que ya se veía venir… Bukele competirá por la presidencia en las elecciones de 2019, pero no será el candidato del partido de izquierda, sino que formará su propio movimiento para poder competir como ya lo anunció.
Probablemente el deseo del actual alcalde capitalino era ese ir en busca de la presidencia para el 2019, pero como era evidente la división con los dirigentes de su ex partido, era más claro que el agua que a él no lo iban a elegir como candidato por el partido para participar en las elecciones presidenciales de 2019.
Por dicha razón era mejor armar toda una novela donde no se sabe quiénes son los villanos y quienes son los buenos, pero que al final terminaría con una final feliz para ambos. Una expulsión que era un secreto a voces y una candidatura que se veía venir desde hace mucho tiempo atrás.
Al final en la política nadie es amigo de nadie y todos son amigos de todos, cada quien defiende sus intereses y cuando les conviene están de un lado y cuando les conviene están del otro lado, pero al final todos defienden un mismo interés y es mantener el poder.
Y mientras el pueblo no reaccione, no deje de ser tan cómodo y deje de esperar a que otros decidan por ellos, las cosas nunca van a cambiar, los mismos políticos seguirán gobernando y haciendo los cuentos que deseen para conseguir lo que quieren, porque al final la búsqueda de poder no es más que una ambición, que se vuelve más fuerte cada vez para quienes lo tienen y que les nubla la visión y los hace olvidar el verdadero fin del cargo en el que están.
Lo importante es entender que en este país la política no dejará de ser todo un show y una competencia de supervivencia por ver quién es el más fuerte y quién tiene más poder, que los políticos son capaces de hacer todo lo que sea necesario para lograr sus objetivos y que de la misma forma algunos de ellos están entrenados para hablarle a la población como ellos quieren y decirles exactamente lo que ellos quieren escuchar.
Por lo tanto lo de Nayib y el FMLN no es más que una novela que lo único que genera es una división en el sector de izquierda que a pesar, que con el paso del tiempo puede ir ganando más votos, pero por cómo es la política en este país será bastante complicado que Nayib logre un voto duro como el de su ex partido, aún teniendo una gran cantidad de seguidores.
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