Nayib Bukele, el ex miembro del FMLN es un narcisista sin límites


A más de un año y medio para realizarse las elecciones presidenciales y las disputas políticas han comenzado a fluir en el país. No es algo impresionante, es el espectáculo que estamos acostumbrados a presenciar en todos los meses del año. Sin embargo, esta guerra de poder durante años se daba entre las dos fuerzas políticas, ARENA y el FMLN.   
Pero, hace unos días Nayib Bukele fue expulsado del partido FMLN por haber sido culpable de las agresiones verbales en contra de la síndica Xochilt Marchelli, a la cual llamó "bruja".

A raíz de esto Nayib Bukele, la emblemática figura del FMLN, ha aprovechado esta expulsión para llevar a cabo la estrategia política del siglo y declararse político independiente.  Es notable que el edil capitalino siempre ha querido o tenido la necesidad de ser protagonista y quedar ante todos como un héroe, pese a que en una entrevista realizada por el canal para salvadoreños en el exterior IT, Bukele dijo “que ser presidente de un país tercermundista en medio de Centroamérica no es relevante para el ego de un ser humano es notorio su deseo de ser presidente y eso lo ha hecho replantearse otro medio para conseguir su objetivo, pues el FMLN ha dicho públicamente que no lo llevaría como candidato presidencial.  

En mi opinión la expulsión de Nayib, en lugar de afectarlo ha hecho que se vea victimizado y convertido en el redentor del pueblo, y que muchas personas lo vean como un político que no tolera los actos deshonestos. Esto me hace concordar con lo que él expresó “no es relevante ser presidente en un país tercermundista” no es relevante, porque cualquiera puede serlo y es  porque el pueblo no se atreve a cuestionar, se deja engañar por las acciones “buenas" que los líderes políticos les muestran.  Y es que Bukele tiene un gran poder mediático en el pueblo. Con su “nueva formar de hacer política” quiere verse alejado de los políticos corruptos, aunque esta nueva manera conlleve a todo tipo de insultos y prepotencia.  

Lo realmente impresionante es como Bukele pretende ser un Dios omnipresente y es de aplaudir la brillantez de ideas del grupo de asesores que manejan la figura del alcalde capitalino y la oratoria que él maneja. No pasó ni una semana después de hacer pública por un medio digital, en la que él fácilmente puede medir la cantidad de audiencia que posee, comenzar desde ya con su campaña presidencial.  

El #teamnayib, un movimiento que pretende que los salvadoreños costeen su campaña presidencial, es un hecho más que me demuestra que “el mesías de las redes sociales” es un oportunista, que no pierde la oportunidad de envolver y engañar al pueblo con su mensaje de que “esta será una campaña financiada por el salvadoreño común” lógicamente, se dirige a un sector del pueblo que ha sido marginado, porque él mismo sabe, que es un sector  fácil de engañar.  

El actual alcalde de San Salvador, se vuelve una esperanza en un pueblo que desde años ha venido queriendo un cambio de verdad en el país, tristemente,  el cambio no se va a dar  por llevar a la presidencia a un hombre que contradice lo que dice con lo que hace, una persona que origina tanta polémica y promete cosas que sabe que no va a cumplir.
  
La pregunta sería si ¿La postura narcisista de Bukele lo llevará al triunfo en las próximas elecciones presidenciales? Me gustaría pensar en que mi pueblo vea más allá de las “buenas obras” que no son más que actos para favorecer su figura pública y empatía con el pueblo, y no para favorecer a los menos privilegiados, que entiendan que el cambio  depende de nosotros y no de grupos que solo buscan sus intereses personales.  

Sin embargo, me temo que toda la estrategia de Nayib de un  resultado positivo , pues es se ha convertido en una figura esperanzadora en un país que por décadas ha sufrido todo tipo de problemas sociales, de ser así, espero que Bukele establezca las bases para la lucha por alcanzar los ideales de paz, justicia social y libertad en El Salvador.  Estoy consciente de que ser verdad "la nueva forma de hacer política" el cambio no se verá reflejado en un período presidencial, será un trabajo que llevará años, pero que con personas éticas, con la visión de que el ser humano es primero, antes que el bienestar de cualquier partido político y un pueblo que exija, cuestione y salga de la ignorancia, estos ideales se pueden alcanzar. 

Ojalá todos entendamos el lema de nuestra bandera: DIOS, UNIÓN, LIBERTAD. Necesitamos ser un pueblo libre que deje de ser marionetas en manos  de una bola de impostores que prometen y jamás cumplen, necesitamos ser un pueblo unido, que imponga su voz y que luche por el bienestar de todos los que conformamos este país. 


Por: Xiomara Carolina Rivas Canizalez

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