Nayib Bukele vs la nueva derecha

Tras la reciente expulsión del alcalde capitalino Nayib Bukele de las filas del partido político FMLN, las críticas, apoyo y opiniones de la sociedad se han hecho presente, especialmente en los más jóvenes quienes en su mayoría apoya al edil de San Salvador.

Por Sebastián Valencia

Para Nayib Bukele queda muy claro que el FMLN ha dejado su esencia desde hace mucho tiempo y ha pasado a convertirse en una nueva derecha, tal como lo plantea el analista político Dagoberto Gutiérrez, quien explica que no se trata de una derecha nueva (algo formado desde cero y diferente) sino más bien como un nuevo partido de derecha (ARENA siendo una derecha tradicional), que busca los mismos fines que con quien antes juraba luchar hasta la muerte. Es por eso que Bukele, a mi parecer, empieza a tener conflictos con los altos dirigentes del partido y a expresar su opinión, algo que no lo tomaron de buena manera estas personas.

Pero también hay otros intereses personales de por medio, que claramente Bukele se los reserva, pero se pueden predecir de cierta manera. Creo que en el último semestre del año se ha evidenciado que Bukele ya no necesita del FMLN, su objetivo ya lo cumplió, obtener la alcaldía de San Salvador y sobre todo a una gran base de seguidores, a lo cual me surge una pregunta ¿el FMLN necesita de Nayib? Sí y no. Lo necesita debido a su popularidad y probablemente, en caso que Bukele hubiese optado buscar la presidencia con el partido, su pase seguro a un tercer mandatario consecutivo. Por otra parte, no lo necesita ya que pueden buscar a un nuevo Bukele, alguien con habilidades similares y sin una relación tan estrecha con el partido.

Pero ahí es donde entra el gran problema de todos los partidos políticos, necesitan buscar a alguien de fuera para buscar la presidencia, ejemplos como Calllejas y Simán por parte de ARENA demuestran esta tendencia. Las filas internas de todos esos partidos están llenas de corrupción y personajes poco convincentes, la sociedad automáticamente los rechaza por las acciones que han visto, especialmente con el actual presidente Sánchez Cerén. Claro todavía existe personas que votan ciegamente por el partido sin importar el candidato, pero eso se convierte en fanatismo y se puede apreciar especialmente en las generaciones mayores.

Nayib Bukele siendo como solo él sabe ser, ha iniciado una especie de revolución política en el país, pronto veremos más candidatos independientes luchando por la presidencia, alcaldía o un asiento en la asamblea legislativa. Johnny Wright Sol ya ha expresado su descontento con el partido ARENA y probablemente busque su propio camino en un futuro cercano. Este “fenómeno” se seguirá dando camino a las elecciones presidenciales del año 2019, especialmente en las fuerzas juveniles de los partidos, quienes buscar seguir los pasos de esos quienes actualmente se están revelando.

Todo esto creará a su vez una nuestra estrategia en los partidos políticos tradicionales, el trato con los simpatizantes más jóvenes se volverá un poco complicado, con el fin de expulsar a quienes traten de pensar diferente y moldear aún más a quienes quieran continuar con los ideales ya establecidos. Además, estos partidos seguirán buscando figuras públicas de fuera, quienes estén dispuestos a seguir los lineamientos ya establecidos.

¿Esto llegará a representar una verdadera revolución política en El Salvador? Probablemente sea un comienzo, los jóvenes, quienes serán las nuevas fuerzas deben estar dispuestos al cambio y luchar contra los viejos hábitos que directamente o indirectamente se han ido inculcando, como la corrupción. Pero a la vez, necesitan de un nuevo líder que les muestre lo contrario, ya sea Bukele u alguien más, pero necesita demostrar transparencia, inclusión y sobre todo insistencia.


El Salvador se conoce como un país dividido, donde la lucha contra la injusticia es prácticamente inexistente, dado paso a la corrupción que ha afectado a muchísimas personas. Debemos tomar ejemplos positivos, como Guatemala, donde la sociedad ha estado teniendo una gran voz y poder para la erradicación de las prácticas injustas de los dirigentes del país. Es por eso que como salvadoreños debemos unirnos, dejando de lado las posiciones y luchando por un mismo fin, tal y como estos “rebeldes” lo quieren hacer en estos momentos, pero sin apoyo puede que se transformen en lo que juraron destruir.

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