DEL ESTRÉS A LAS OLAS

Mario Vanegas, surfista principiante en Playa San Blas, La Libertad. Fotografía: por Karen Vanegas
POR: KAREN VANEGAS

Mario Vanegas, empresario en seguridad electrónica, practica el surf en la escuela "Surf Strong"
 en la Playa San Blas, La Libertad como su terapia para reducir el estrés laboral.

Son las 4:00 de la tarde de un viernes de octubre, el clima estaba fresco y el sonido de las olas se combinaba con los cantos de las aves. Luego de una ardua jornada de trabajo en áreas de seguridad electrónica, manejo de empleados y finalizar con un cúmulo de estrés laboral, Mario Vanegas llegó a SurfStrong, una escuela especializada para surfistas de categorías  principiantes, intermedios y avanzados, ubicada en la Playa San Blas, en el departamento de La Libertad.

“Las olas te esperan, amigo. Vístete y toma tu tabla, que el mar nos llama”, expresó Jerson Morales, dueño e instructor de Surf Strong, quien dio la bienvenida a su alumno. Mario se puso su playera, se echó bloqueador solar y alistó su tabla larga.  En 15 minutos Mario y Jerson ya estaban listos con su equipo para entrar al agua.

Un cielo iluminado con la luz del sol, un collage de nubes, el agua fría y una cantidad significativa de  turistas locales y extranjeros estaban disfrutando del paisaje de El Salvador, este era el ambiente para una buena terapia de relajación y ejercicios mentales que el cuerpo del ser humano debería tener y sin dejar de lado el apreciado surf salvadoreño. “Respira hondo tres veces, una, dos y tres. Concéntrate, olvídate de tu trabajo y todos tus empleados  y solo disfruta de la vista y el sonido del mar”, mencionaba Morales a Mario para inicia su clase de surf de una forma tranquila y relajada para tener una mejor concentración dentro del agua. 

“Cuando vengo aquí me siento en otro mundo, me siento diferente y me ayuda a pensar de una mejor manera”, comentaba Mario, luego de hacer sus ejercicios de respiración y estiramiento para evitar cualquier tipo malestares musculares.

Mario Vanegas, listo para empezar su clase de surf. Fotografía: Jerson Morales
El reloj marcaba las 4:30 de la tarde, Mario y Jerson  entraron al agua y nadaron hasta el borde de la formación de las olas. Con ellos se unieron una pareja  de novios de nacionalidad canadiense que media hora antes habían terminado su clase con Jerson pero decidieron seguir practicando por un tiempo más.

“Yo aún no me sostengo en la tabla, pero sentirme sólo con el hecho de estar aquí en el mar, me relaja y me siento un hombre nuevo”, comentaba Alex Martín, surfista principiante que visitaba las playas salvadoreñas desde Canadá.
Allison y Alex, canadienses y surfistas principiantes en Surf Strong, Playa San Blas. Fotografía: Jerson Morales

Mario empieza a respirar hondo nuevamente, se pone en posición en su tabla larga y comienza a nadar para tomar su primera ola del día, en cuestión de segundos, se logra parar pero no mantiene el equilibrio y cae al agua. “Me emociono demasiado que ni sostenerme puedo. Pero lo seguiré intentando”, expresaba Vanegas luego de perder su ola.

Al seguir nadando a la ubicación de la formación de olas, Jerson tomó posición en su tabla corta, hecha para surfear olas de una manera más rápida y profesional.  Antes de tomar la ola, mencionaba Morales: “Relájate, amigo. El surf se vive. Te mostraré cómo debes pararte.” Con una increíble agilidad y técnica profesional, Jerson logró dominar una ola para demostrarle a su alumno la manera de cómo posicionar el cuerpo en la tabla.
Jerson Morales, surfista profesional en Surf Strong, Playa San Blas. Fotografía: Karen Vanegas


Mario tomó su tabla y con la compañía de los canadienses, nadaron para hacer el segundo intento  de poder dominar una ola y sentir esa adrenalina por todo el cuerpo.  Concentrados y decididos  tomaron posición y la ola descendió, los alumnos cayeron al mar en cuestión de segundos, pero las risas de ellos invadían sus rostros.  “Sé que la riego. Casi que me rompo la cara. Pero aunque me cueste, no me daré por vencido. Aunque me caigo, me gusta saber que estoy en la playa”, decía Vanegas a sus compañeros.

Jerson invitó a Mario a que fueran a realizar otros ejercicios a la orilla de la playa, los cuales le ayudarían a tener un mejor dominio de su mente y cuerpo. “Párate y respira profundo. Ahora ponte en el suelo,  estira tus abdominales y espalda” indicaba Morales.
En la arena, Jerson le recordó a Mario la posición correcta de pararse en la tabla al momento de estar en la ola. Piernas dobladas, en un ángulo de 90 grados, brazos estirados al lado derecho, espalda recta y rostro al frente, fue la postura correcta que Morales enseñaba a sus aprendices.
Mario Vanegas practicando la postura en la tabla. Fotografía: Karen Vanegas

“El surf necesita de concentración. Te olvidás de todo: yo este día me olvido de mi trabajo y todo lo demás”, compartía Vanegas con su instructor, luego de practicar la postura para el surfeo.

Eran las 5:00 de la tarde, el sol empezó a ocultarse y el paisaje se volvió  una paleta de degradado rojizos. El agua se puso más fría pero el ambiente y los ánimos de los surfistas principiantes seguían en pie. Mario y Jerson volvieron al agua y a los lejos se escuchaban unos gritos de unos turistas que  estuvieron apreciando el paisaje y la clase de sur que decían “Vamos chicos, ustedes pueden”, fueron las palabras que inspiraron a Mario para hacer su tercer intento en dominar una ola.

Llegado el momento, una serie de olas rápidas empezaron a salir, Mario  estaba decidido que tenía que poner su mente en total concentración en el surf y en su cuerpo. Jerson dio sus últimas palabras de inspiración a su estudiante durante la clase. “Sólo hazlo y diviértete, amigo. ¡Tú puedes! ¡Concéntrate!” Mario nadó con gran energía, se puso en posición y logró dominar su primera ola.

“¡Que emoción! ¡Lo logré, lo logré! Gritaba Mario con una gran alegría. Jerson aplaudía a su nuevo surfista.
Jerson y Mario, finalizan la clase de surf. Fotografía: Karen Vanegas

Para Jerson, el motivar a sus alumnos es parte de las lecciones del surf; les recuerda que es primordial apreciar la naturaleza, mostrarle respeto y que la vida no solo es el trabajo y preocupaciones, sino que también se trata de aprender nuevas cosas para bien de cada persona, en este caso el surf ya no sólo lo enseña como deporte, sino como una terapia de relajación.

La acción de estar  conectado en una actividad física y en el ambiente de la playa, ayuda a las personas a bajar sus niveles de estrés y permitirles una mejor condición de salud física y mental. Mario Vanegas asegura que la práctica del  surf en su vida ha fortalecido su musculatura, su circulación de la sangre, ha reducido los  dolores de cabeza, y  mejorado su condición de sueño. “Solo el hecho de sentir el movimiento suave del agua en mi cuerpo hace que entre en un estado de relajación y digo: adiós al estrés”.



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