UNA NOCHE SOBRE RUEDAS
La jornada comienza a las 8 de la noche
cuando los ciclistas comienzan a darse cita en el lugar, desde este momento
podemos observar como poco a poco, con gran entusiasmo y alegría, personas de
todas las edades, amigos y grupos familiares van reuniéndose para compartir un
mismo sentimiento CICLISMO URBANO
Por: Alejandra Mártir
Los jueves por las noches El Parque Cuscatlán cobra vida,
cientos de personas se dan lugar para realizar una de sus actividades
favoritas, podemos observar como desde temprano las personas van llegando en
carro, bicicleta, al lugar de salida para poder chequear que todo esté bien a
la hora de partir. Iván Carranza, uno de los fundadores, comenta que el
ciclismo urbano surge a partir de un grupo de amigos que practicaban ciclismo
de montaña pero no satisfechos con practicarlo esporádicamente quisieron llevar
a la ciudad esta actividad que para ellos era una gran iniciativa.
Iván fundador de “Ciclistas Urbanos” de 35 años. Estatura
promedio, tez blanca, es muy espontáneo a la hora de contestar. Ésta noche
realizarán una competencia para probar la resistencia de los aficionados al
deporte, partiendo del Parque Cuscatlán, hasta llegar a la Curacao de La Colonia
Escalón, pasando por el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán
(MUNA) y terminando en el punto de salida.
Ya lista para partir en esta nueva experiencia, mis ansias
aumentaban cada vez más, a mi lado se encontraba David Alberto un joven
ciclista que lleva alrededor de 1 año y medio practicado este deporte,
conversando me comenta que el ciclismo le ha traído grandes beneficios a su
salud en general ya que se ha visto beneficiado en aspectos como: su
resistencia, su peso y su autoestima; pero eso no lo es todo, comentaba que el
deporte le ha permitido conocer nuevas amistades que comparten su misma pasión
por el ciclismo.
Llegadas las 8 de la noche todos nos disponemos a comenzar
esta gran aventura, reviso que las llantas de mi bicicleta estén bien, que los
frenos funcionen a la perfección y me encuentro lista para comenzar. Uno de los
beneficios del ciclismo urbano es que la ayuda se encuentra más al alcance de
la mano ya que si se arruina nuestra bicicleta pedimos un taxi, si necesitamos
agua pasamos a una gasolinera, caso contrario en el ciclismo de montaña en
donde debemos de cerciorarnos de llevar todo los implementos que nos puedan hacer
falta en un momento de necesidad.
Llegando ya al primer
punto de encuentro comienzo a observar un mayor número de ciclistas de
los que habíamos partido del Parque Cuscatlán por lo cual me acerco a Iván
Carranza fundador de Ciclistas Urbanos y me comenta que debido a la época del
año la demanda ha aumentado por lo cual para evitarles peligro a los ciclistas
tienen tres puntos de salida uno que se encuentra en el Parque Satélite, otro
en la Constitución y El Parque Cuscatlán; todos con destino a El Salvador del Mundo
para salir juntos hacia el recorrido nocturno, que en esta ocasión es la
carrera.
Algo que no pude pasar por desapercibido fue el apoyo de
agentes de la PNC, los cuales fueron con nosotros cuidando nuestra seguridad a
lo largo de todo el recorrido. Carlos Tobar es un agente de la PNC de 33 años.
Estatura alta, su tez morena. Es muy serio al momento de contestar mis
preguntas, me comenta que lleva alrededor de 6 meses sirviendo continuamente
los jueves en esta actividad; él además me informa que su trabajo básicamente
consiste en estar vigilante ante cualquier situación que pueda poner en peligro
la vida de algún ciclista como lo puede ser algún conductor en estado de
ebriedad o conductor que no quiera respetar.
Carlos comenta que si bien las horas de trabajo se vuelven
extensas y agotadoras cada jueves, es parte de su trabajo por lo cual lo
desarrollo con mucha responsabilidad; Francisco compañero de trabajo de Carlos
es un hombre alto de unos 29 años con una tez trigueña y muy accesible antes
mis preguntas, él me comenta que ellos entran a trabajar a las 5 de la mañana y
su hora de salida es a las 11 de la noche en día jueves ya que prestar servicio
a los Ciclistas Urbanos pero que pese a las largas horas de trabajo ellos se
siente satisfechos de su labor con agentes de seguridad.
Ya reunidos los tres grupos, partimos del Salvador del Mundo
para iniciar la competencia que se realizaría de la Curacao de La Colonia
Escalón, pasando por la Zona Rosa hasta llegar al Museo Nacional de
Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA), ahí se daría una vuelta y se
regresaría a la Curacao el cual fue nuestro punto de salida; si bien fue una
competencia con un recorrido corto fue bastante exhausta ya que todos los
ciclistas iban a una gran velocidad y se me dificultaba mantener el ritmo.
Terminada la carrera me dispuse a conversar con Karla
Escamilla una mujer de 28 años, madre de dos hijos y ella me comenta que lleva
haciendo ciclismo urbano alrededor de 7 meses. “Yo me siento fascinada en tan
poco tiempo he visto cambios significativos en mi estado de salud, además que
me sirve como forma de liberar todo el estrés que manejo a diario por mi
trabajo, es algo que sin duda se los recomiendo a todas las personas, no hay límites
de edad solo necesitan tener la disposición y las ganas de pasarla de
maravilla”, comentaba Karla durante la plática.
Así mismo me tome el atrevimiento de acercarme a un grupo de
jóvenes cuyas edades rondaban por los 17 - 22 años, para que me compartieran un
poco de su experiencia dentro de Ciclistas Urbanos; una de ellos me comentaba
que al comienzo no le generaba mucha seguridad el hecho de salir a las calles y
andar en bicicleta y menos el hecho que fuera nocturno, pero fue hasta que llego
por primera vez que observó que todo estaba muy bien organizado y contaban con
apoyo de la PNC, ahora ya lleva 9 meses asistiendo a esta actividad y comenta
que si por ella fuera andaría en bicicleta todos los días a todas las horas.
Otro nos comenta que él está encantado con esta actividad, el aparte de venir
los jueves a Ciclistas Urbanos sale otros días de la semana con otros grupos a
andar en bicicleta.
Llegada la noche todos nos dirigíamos rumbo al Parque
Cuscatlán se podía ver como el cansancio estaba a la orden de la noche, muchos
se detenían para tomar aire en las aceras, otros iban a pedaleo lento y otros
platicando entre sí, pero sin duda alguna
la satisfacción en el rostro de todos los ciclistas se notaba a distancia, las
calles cada vez mas vacías y nosotros nos hacíamos más notorios en ellas, el
clima frío se volvía un acompañante perfecto en nuestra gran aventura.
Es así como pude vivir “Una
noche sobre ruedas”, sin lugar a duda una experiencia inolvidable llena de
muchas emociones y personas maravillosas, mostrando que no hay obstáculos que
tu mente no pueda superar donde chicos y grandes montan sus bicicletas y salen
a las calles todos como una gran familia.
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